A continuación presento con orgullo, y a modo de pequeño homenaje personal, la siguiente historia de la cual tengo el placer de conocer a los protagonistas. Cuando digo conocer me refiero a que, tanto Helen como su familia, desde bien pequeño, me han acogido cual si fuera un familiar más y que, junto a mi familia biológica (no digo "mi propia familia" porque les considero a ellos también como tal), me han transmitido unos valores que me conforman en quien soy ahora y quién pretendo ser.
Franki, su hermano pequeño, fue uno de los primeros amigos que recuerdo hacer en la infancia, para convertirse con el tiempo (no hizo falta mucho) en uno de los mejores amigos que tengo ahora y tendré, sin lugar a dudas, en el futuro, sea finito (como yo) o infinito (como la bondad de Franki -y tu volumen corporal, mamón ;P -).
Una de mis tantas pretensiones personales es la de ser algún día la mitad de buena persona que lo son ellos. Este vídeo no es más que una pequeñísima e ínfima muestra de cómo son, unos seres humanos excepcionales.
Centrándonos en la comunicación, a veces se presentan obstáculos que afectan de forma directa tanto a la transmisión de información como a la percepción de la misma, produciéndose una modificación de lo que concebimos como una comunicación sin “impedimentos”. A veces son obstáculos natos, con los que nacen las personas y aprenden a convivir desde el principio, pero otras veces se presentan por sorpresa a lo largo de la vida. Y, más allá de verlos como barreras insalvables, sin olvidar las dificultades que suponen en el día a día, pueden ser abordados como retos y motivos por los que luchar por y para reflejar sus ideas, ser escuchados, entendidos, expresar sus sentimientos, y, al fin y al cabo, por vivir. Como Daniel, con su ejemplo personal, nos muestra en esta entrevista. Convierte esas modificaciones en adaptaciones. Y no es sino mediante fuerza, fe y humanidad (gran parte de lo que es Helen, entre otra infinidad de valores ejemplares que tan bien transmite), la manera de afrontarlos y superarlos. He aquí su maravilloso ejemplo:
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